lunes, 25 de julio de 2011

como surgió este peculiar nombre

Un día vi una cadena plateada, la toqué, me pareció fantástica y me dije ¿que puedo hacer con ella? cogí unas bolas que me recordaban a las viejas canicas de mis hermanos; hice una pulsera y una vez puesta me dije: es una lolailo. Era diferente, tenía luz, color y además resultaba muy aparente.

Es curioso lo que le cuesta a la gente pronunciar lolailo, y lo poco serio que suena.